He encontrado este artículo sobre un tema que
a mí personalmente, me viene rondando la cabeza desde que hemos comenzado las
clases de este máster, ¿debería haber un máster que preparara a los que van a
ser profesores universitarios? La motivación de nuestros alumnos de secundaria, cómo debemos
hacer que quieran aprender más de nuestra asignatura, es una de nuestras
obligaciones, sino la más importante, ya que en ella se sustentan muchos de las
actitudes y procesos que deben darse para que propiciar un aprendizaje
satisfactorio. La universidad es otro ámbito totalmente diferente, personas
adultas que han elegido los estudios e incluso la asignatura por iniciativa
propia, pero ¿eso hace que el profesor universitario deba ser solo un
transmisor de información o de fuentes de información? Dejo algunas citas del
artículo para la reflexión.
“En la Universidad lo importante
son los conocimientos. Son los alumnos los que deben estudiar y aprender. La
función del profesor es: a) decirles qué y dónde, y b) explicarles lo que no
entiendan”. No lo es “motivar ni hacer atractivos los contenidos. Aunque,
claro, está muy bien si además lo hace.”
“No he conocido a nadie que haya
podido enseñarme a dar clase.” Julio Carabaña, catedrático de Sociología.
Facultad de Educación. Universidad Complutense.
“La probabilidad de que la
Universidad asuma una herramienta TIC es inversamente proporcional a lo que esa
herramienta puede cambiar los modos de hacer las cosas. Los campus virtuales,
por ejemplo, reproducen la estructura de la Universidad, así que bien; las redes
sociales se la cargan, por lo que son difícilmente asumidas.” Jordi Adell,
director del Centro de Educación y Nuevas Tecnología de la Universidad Jaume I.
“Hizo el CAP (el antiguo
Certificado de Aptitud Pedagógica), que califica de pérdida de tiempo; tampoco
cree que el máster que lo sustituye haya mejorado demasiado las cosas.” (Sobre
las palabras de Rafael Feito, doctor en Sociología de la Universidad
Complutense.)
Mi opinión al respecto es bastante clara: El MFP, aunque con carencias, es mucho mejor que el antiguo CAP, al que el calificativo de "pérdida de tiempo" resulta benévolo. Me preocupa que haya profesores que directamente digan que nunca han aprendido nada en cuanto a docencia. Yo sí he aprendido junto a Roberto Carballo y su grupo de investigación, a los que debo mi DNI como profesor. Sigo creciendo con la Fundación Telefónica, con Design For Change, con mis compañero/as y, especialmente, gracias a vosotros, los estudiantes, que me permitís mejorar curso tras curso.
ResponderEliminarNo descarto alguna finalidad "oscura" para hablar así de los programas de formación de profesorado sin analizarlos y sin consultar bibliografía "seria" que sí lo ha hecho.
Comparto que el MFP tiene elementos mejorables o manifiestamente mejorables... pero en junio, tras las prácticas, veréis que el MFP no es tan feo como lo pintan.
Gracias Raquel por compartir el artículo. El debate es apasionante.
Saludos,